Diego Jensen, alumno de 4ème
“Me desplazo sin dificultad por el colegio”
Nadie quisiese tener que usar una silla de ruedas para poder desplazarse, sin embargo, algunas personas por diversas razones, ajenas a su voluntad, deben hacer uso de ella, ya sea de manera temporal o permanente.
Este es el caso de Diego Jensen quien nació con una enfermedad en sus pies y en enero de este año debió someterse nuevamente a una operación, para así poder mejorar su condición. Luego de la intervención Diego quedó con sus pies enyesados y en silla de ruedas de manera provisoria. “Fue difícil al comienzo para él (Diego) ya que a mediados de enero lo sentaron en la silla de ruedas por dos meses, por lo tanto no había piscina ni playa, y eso en verano y a su edad es complicado, pero se fue acostumbrando a la idea”, cuenta su padre, Javier Jensen.
Pese a sus cortos 13 años Diego demuestra una gran madurez y es capaz de ver esta etapa como algo necesario para lograr algo mejor. “Había que hacerlo porque me hacía bien. Lo bueno es que ya no me queda mucho en la silla. Es bonito estar aquí, el cómo se siente uno en una silla de ruedas”, relata el alumno de 4ème.
Pero era una preocupación para los padres de Diego pensar en cómo iba a ser la vuelta a clases, no obstante y paradójicamente el colegio es el lugar donde no han tenido problema, al menos así lo mencionan sus padres. “En la casa no tenemos ascensor, debo llevarlo en brazos, no hay rampas. En cambio en el colegio hay ascensor, hay rampas en todas partes, pareciera que el personal es apropiado y calificado, son muy atentos con Diego como también lo son los alumnos y los padres”, dice Javier Jensen.
“Al parecer y por lo que hablé con el Director de Secundaria y la Enfermera del colegio, los niños lo han recibido muy bien e incluso se pelean por llevarlo, lo han ayudado y acompañado harto y él, de a poco, se ha ido soltando”, agrega la mamá de Diego, Carolina Freire.
Respecto al colegio sus padres manifiestan estar muy confiados, “desde el primer día le pasaron llaves del ascensor, hay un baño para discapacitados que puede utilizar, fue un tema que nos complicaba en un comienzo, ya que pensábamos en cómo iba a ir al baño, pero ahora sabiendo que el colegio cuenta con las comodidades, no hay ningún problema. Él se ha sentido muy acogido. El personal del establecimiento es un gran apoyo”, expresa Carolina.
A lo anterior Diego añade que se desplaza sin dificultad por el colegio, dice que le guardan un puesto, y que nada ha sido complicado. “Los profesores me reciben sin problemas sabiendo que puedo llegar un poco tarde por el hecho de utilizar el ascensor. En la sala me muevo sin problemas, me guardan un puesto, la verdad es que no es nada complicado. Mis compañeros me ayudan, cada semana se hace un grupo y me asisten con el ascensor. En los recreos converso con ellos, los acompaño, hago mi vida normal”, detalla Jensen.
El pasado lunes 23 de marzo le sacaron los yesos a Diego, ahora sólo queda esperar su evolución. “Me quedan tres semanas para poder caminar, o sea, dependiendo de mi recuperación y aunque no he tenido inconveniente para moverme en la silla sigo prefiriendo caminar, correr y jugar, como lo hacen los demás”, confiesa el pequeño Diego.