Hoy en la mañana culminó el programa que cada curso debía realizar por separado, enfrentando desafíos que debieron resolver. Fue una levantada llena de expectativas. En el Domo se llevó a cabo una inducción y, luego, se dirigieron al lugar donde los esperaba un rico desayuno, el que les permitió enfrentar las tareas con energía.
Cada curso, posteriormente, acudió a los desafíos que los esperaban para incomodarlos y así buscar esas respuestas que, como curso, intentaron encontrar. De esta forma transcurrió la mañana, bajo una suave llovizna que a ratos caía, condición que no impidió que el entusiasmo, la alegría, la risa y el trabajo en equipo se apoderaran de los alumnos en esta primera parte.
Al término de esta jornada matutina, se dispusieron a almorzar y esta vez lo hicieron mezclados con los otros cursos.
Por la tarde y a pesar de la amenaza de lluvia, se desarrolló el programa con absoluta normalidad. En esta instancia el nivel completo se mezcló, para ejecutar las nuevas pruebas que se eligieron. Seis grupos fueron los que partieron en busca de esta nueva propuesta y lo lograron.
Cerca de las 19:30 horas cada equipo culminó y se dirigieron a los comedores para disfrutar de una rica cena. Más tarde, al caer la noche, cada grupo presentó en el Domo la creación teatral que trabajaron en una de las actividades. Fue aquí donde los niños plasmaron lo aprendido y rescatado de esta experiencia.
Cuando terminó el teatro, fueron guiados a sus cabañas para descansar, eso sí, con más de alguna inquietud se fueron a dormir.
Mañana los espera la última y gran actividad de Los Pellines.
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